lunes, 21 de octubre de 2013

La panacea que escapó del vertedero

Fuente: Ideal Digital, 19/10/2013

Investigadores y empresarios granadinos han puesto en marcha una ‘spin-off’ que se dedicará a comercializar un desecho de la aceituna capaz de multiplicar la eficacia de los piensos de aves, cerdos y truchas.



Planta de producción de ácido maslínico.

Un grupo de investigadores granadinos descubrió que un compuesto derivado de los residuos de la molturación de la aceituna sirve para engordar con mayor eficacia a truchas, cerdos y aves, y que este ácido es, además, capaz de ralentizar enfermedades como el cáncer de colon o el sida. Ahora, los científicos pasan del laboratorio al negocio y quieren dar a conocer las múltiples bondades que este ácido maslínico esconde, tanto para la salud humana como para la ganadería y la acuicultura.

Las bases de esta nueva ‘spin-off’, propiciada por la Oficina de Transferencias de Resultados de Investigaciones (OTRI) de la Universidad de Granada, aún se están fraguando, pero sus integrantes esperan comenzar la actividad a mediados del año próximo. La fábrica de ácido maslínico estará ubicada en una parcela de más de 5.000 metros cuadrados del Parque Metropolitano de Granada. Sus responsables aseguran que sólo faltan algunos trámites administrativos para comenzar a construir. Así, a mediados del año próximo pondrán en la calle un remedio grandioso que hasta ahora engrosaba las montañas de los vertederos y suponía una amenaza para el medio ambiente.

«El ácido maslínico actúa como un inhibidor de proteasas; es decir, hace que no actúen estas enzimas encargadas de romper algunas proteínas que trabajan en la digestión», explica el profesor Andrés García-Granados, especialista en el tema. El producto acelera así el crecimiento animal con menos cantidad de alimento.
La empresa, que se denominará ‘Biomaslinic’, tendrá capacidad para producir 3.000 kilos de ácido al día, trabajando a máximo rendimiento en tres turnos, según revela José Prado Osuna, presidente del Consejo de Administración. La compañía cuenta con cinco socios, entre investigadores y empresarios y se necesitarán más de 3.000 millones de euros para sacarla a flote.

«Se ha demostrado que utilizando este pienso los animales necesitan comer entre un 7 y un 20% menos de alimentos, depende del tipo de ser vivo y de la alimentación», defiende Prado, que prevé que el compuesto se comercialice tanto en el país como en el extranjero.

Venderlo al mundo

«La dosis establecida para el consumo estaría en torno a 100 miligramos por kilo de pienso. Queremos trabajar en el sector de la ganadería, con las explotaciones de engorde de cerdos y las de cría de aves de España. Y también vemos factible vender el producto a empresas dedicadas a la acuicultura a nivel internacional, porque en este ámbito existe mucha demanda, que no sé si seríamos capaces de cubrir», señala el que hasta ahora hace las veces de gerente de este proyecto empresarial.

El profesor Andrés García-Granados lidera el grupo de químicos que fueron capaces de aislar este compuesto del alpeorujo. Sus colegas lo presentan como el «hombre que más sabe sobre alpeorujo de la tierra». Sus hallazgos sirvieron a José Antonio Lupiáñez para investigar cómo actuaba el ácido en el desarrollo de las truchas. El resultado fue todo un éxito. El ácido maslínico consiguió multiplicar por tres el proceso de crecimiento con menos de la mitad de alimento.

Además, Lupiáñez destaca que este compuesto no afecta de ningún modo a la salud de los peces, que se crían totalmente aptos para el consumo. «El problema era que cualquier manipulación creaba problemas y necesitábamos encontrar algo natural, como fue este inhibidor sacado del olivo», explica el biólogo.

El ácido ha sido investigado como tratamiento complementario para el cáncer de colon, el virus del sida e incluso el envejecimiento prematuro. «Ahora estamos estudiando la sustancia en línea de tumores de cáncer de colon y se ha comprobado que elimina las células cancerígenas, sin alterar otras células», adelanta Lupiáñez, que previene que estos hallazgos tienen que ser revisados en hospitales.

La ‘spin-off’ se guarda un as en la manga porque a partir de febrero, cuando se cumpla el año de silencio preciso para las patentes, podrán sacar a la luz tres nuevas revelaciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario